LUNES 26 DE
JUNIO DE 2021.
Í N D I C E .
. .
PARAMILITARIZACIÓN
Y MUERTE…
+ Guardias
Blancas y desplazados…
+ La
irrupción del Ejercito Zapatista…
+ Acteal, una
herida que no se cura…
+ “El
Machete”, ¿autodefensas?...
Ruperto
Portela Alvarado.
2ª y última
parte.
CHIAPAS, EL
INFIERNO CÁLIDO…
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas. Lunes 26 de Julio de 2021.- El Chiapas Seguro que promovió
en su gobierno JUAN JOSÉ SABINES GUERRERO, no ha sido más que “un infierno
cálido” donde los chiapanecos sufren inclemente la violencia, la pobreza, el
olvido, el rezago entre los grupos sociales más paupérrimos de los mexicanos,
que si no son asesinados, se tienen que salir de sus comunidades y vivir como
desplazados en tierras que le son ajenas, no les son agradables, ni ellos son
bien aceptados.
Coincidentemente,
esos escenarios de asechamiento, persecución y muerte, se da
indiscriminadamente en las zonas indígena de Los Altos, Selva y Norte de
Chiapas, donde las condiciones de pobreza y pobreza extrema, altos índices de
analfabetismo y menor desarrollo humano, coinciden para crear un estado de
excepción con todos esos ingredientes y la fórmula política engañosa de “usos y
abusos del poder”.
En Chiapas se
pueden recrear todos los males de la sociedad indigente como la pobreza en 78
por ciento y la pobreza extrema con 29%. Pero también las más altos índice de
impunidad y menores en desarrollo económico. Donde los conflictos interétnicos
se dan por la religión, la disputa por la tierra, el comercio del alcohol e
inclusive por la marca más representante del “imperialismo”, la Coca-Cola, que
deja sustanciosas ganancias a quienes ostentan la concesión.
Toda esa
amalgama de situaciones y condiciones sociales, políticas y económicas, han
servido para que los gobiernos solo vean a los indígenas como un trofeo de
exhibición y no como seres humanos que necesitan de otro tipo de trato,
acciones integrales de desarrollo humano y más respeto a sus costumbres sin
caer en estados de excepción con leyes que no coinciden con la Constitución
General de la República y la local de Chiapas, como es el concepto de “usos y
costumbres”.
Hay muchos
ejemplos y estudios que han llegado a la conclusión de que “la pobreza de los
indígenas y chiapanecos es para siempre”; pero en esa concepción de ideas
políticas erróneas, se ha dejado hacer y crecer el problema en la geografía
chiapaneca y particularmente en las zonas indígenas de Los Altos, Selva y Norte
de Chiapas con la particular creación de las guardias blancas primero, y luego
los grupos paramilitares que surgieron como “contrainsurgencia” al zapatismo,
después de la irrupción armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN) el 1 de enero de 1994.
Debemos
recordar que “las guardias blancas” las crearon los terratenientes, ganaderos y
poderosos caciques de la región para cuidar sus intereses, convirtiéndose luego
en “brazos ejecutores” de represión y sometimiento, al margen de la ley. Y,
desde 1994 empezaron a proliferar los grupos civiles armados que según
investigadores de la UNAM, han sido promovidos, encubiertos y protegidos por el
Gobierno Federal y el del Estado de Chiapas, en su momento; las otroras
Procuraduría General de la República y la local, convertidas después en Fiscalías
(federal y estatal).
Hay la
versión de que esos grupos paramilitares fueron creados como una forma de
“contrainsurgencia” contra el EZLN, instituidos y adiestrados en las armas por
el Ejército Mexicano con la complacencia de la Secretaría de la Defensa
Nacional, el entonces Presidente de la República, ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN
y el gobernador de Chiapas, JULIO CÉSAR RUIZ FERRO, quien fuera destituido a
raíz de la masacre de Acteal, donde asesinaron a 45 personas (adultos, mujeres,
niños) el 22 de diciembre de 1997.
En Chiapas
han incursionado en el paramilitarismo muchos grupos civiles armados como el
llamado “Ejército Popular Revolucionario” (EPR); pero me viene a la memoria
aquellas famosas “guardias blancas” conocida como “PAZ Y JUSTICIA” creada a
principios de 1995, cuyo líder visible era el diputado local SAMUEL SÁNCHEZ
SÁNCHEZ a través de “Solidaridad Campesina-Magisterial” (SOCAMA) que encabezaba
en el estado JACOBO NAZAR MORALES, con apoyo de la Secretaría de Seguridad
Pública, la Procuraduría General de Justicia del Estado y el Ejército Mexicano.
Estos grupos
armados se vestían como organizaciones de productores para recibir
financiamiento a sus operaciones, como sucedió con todos y también con los
identificados “CHINCHULINES” fundado por los entonces diputados federal, RAFAEL
CEBALLOS CANCINO y ELÍ CANCINO HERRERA, vinculados a “PAZ Y JUSTICIA”, a los
que el Gobernador JULIO CÉSAR RUIZ FERRO les entregó un financiamiento de 4
millones 600 mil pesos como parte de un “Convenio Productivo” en el que fue
testigo el entonces Comandante de la VII Región Militar, General RENÁN CASTILLO
y no sé si en eso también el llamado “gobernador financiero”, DANTE DELGADO
RANNAURO, quien era el que manejaba el dinero del presupuesto federal en
Chiapas durante esa administración interina.
Al grupo
armado paramilitar, “MÁSCARAS ROJAS” se le responsabiliza de la masacre de
Acteal el 22 de diciembre de 1997, que aseguran los investigadores, estaba
conformado por elementos de Seguridad Pública Estatal, funcionarios públicos,
del Partido Frente Cardenista y entre ellos el Presidente Municipal de
Chenalhó, JACINTO ÁRIAS CRUZ, quienes circunstancialmente empezaron a operar al
inicio de los “Diálogos de San Andrés”.
Estamos
hablando de innumerables grupos civiles armados, que van desde las “guardias
blancas” hasta los “paramilitares” cuando el Gobierno Federal de CARLOS SALINAS
DE GORTARI y después ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN, intentaron detener las
incursiones del EZLN.
Entre esos
podemos mencionar al “MOVIMIENTO INDÍGENA REVOLUCIONARIO ANTIZAPATISTA” (MIRA),
que se le achaca su creación al ex diputado federal priista y alcalde de
Oxchuc, NORBERTO SANTIS GÓMEZ, SEBASTIÁN LÓPEZ BALTÉ y el profesor ENRIQUE
ALFARO LÓPEZ, Coordinador Regional del SNTE, Sección VII, que operaron en los
municipios indígenas de Huixtán, Oxchuc, Cancuc y Chanal.
Haciendo un
paréntesis, podemos agregar que, “entre abril de 1995 y septiembre de 1996,
había en Chiapas más de dos mil desplazados por la estrategia de militarización
en la zonas Alto, Selva y Norte (región indígena) y para 2006, habría todavía
12 mil desplazados” que siguen errantes y en tierras ajenas, según el estudio
de investigación de ADRIAN GALINDO DE PABLO (UNAM), titulado: “Paramilitarismo
en Chiapas; Respuesta del Poder Contra la Sociedad Organizada”.
Parece que la
zona indígena es propicia para engendrar a los grupos armados civiles
“paramilitares” con diversos fines, estrategias e intereses. Y por eso –a
últimas fechas-- estamos viendo el surgimiento de otros grupos que se hacen
llamar “autodefensas” como “LOS CIRILES” que han azolado la región de Chenalhó
y Pantelhó –pero que son gavillas de delincuentes-- provocando enfrentamientos
con la comunidad y desplazamiento de cientos y miles de indígenas a los que les
obligan a dejar sus casas, tierras y pertenencias.
Otros grupos
identificados son: el “UDC, Organización Campesina” en Copainalá; “LOS AGUILAR
Y PESTHÓN” en Chilón; “LA AURORA” y “LOS VELASCO”, en Yajalón; “CARACÓL 5” en
Palenque; “LA OTRA CAMPAÑA” y “PUEBLOS AUTÓNOMOS” en Simojovel; “CAÑEROS DE
PUJILTIC” en Venustiano Carranza; “COMUNIDAD RIO FLORIDO” (OCEZ-FNAS) en
Ocosingo; “LOS DIABLOS” en Pueblo Nuevo Solistahuacán y para más, “LOS
MOTONETOS” en San Cristóbal de las Casas, que operan con toda impunidad, al servicio
de la institucional y políticos perversos debidamente identificados.
Pero el que
desbocó el tema y el miedo es la presentación formal y abierta del grupo de
autodefensas llamado “EL MACHETE” que puso en alerta a toda la estructura de
gobierno federal y estatal con sus aparatos de seguridad pública y la
procuración de justicia. El asunto llenó los espacios informativos a nivel
local, nacional e inclusive internacional, porque este nuevo grupo civil armado
no se escondió y puso las cosas en claro: “vamos contra la delincuencia
organizada porque el Gobierno Federal y Estatal no hacen nada por nuestra
seguridad”.
Hay que
agregar al comentario de “EL MACHETE”, la implicación que le hacen al
“Farandulero” ENOC HERNÁNDEZ CRUZ de estar vinculado a esta organización,
promoción y financiamiento del grupo armado y de “autodefensas”, más toda la
investigación que le hacen en abultado expediente en relación a sus rapiñas y
saqueo escandaloso al presupuesto del ICATECH, las prerrogativas del partido
“Podemos Mover a Chiapas”.
También es un
secreto a voces, todo el dinero que pasó por las manos del auto llamado “Flaco
de Oro”, vía doña LETICIA COELLO GARRIDO, madre del ex Gobernador MANUEL
VELASCO COELLO, quienes pudieran estar metidos en actos de desestabilización
del Estado con la participación del “Sanjaguar Negro”, OSCAR EDUARDO RAMÍREZ
AGUILAR. Pero de esto comentaré por aparte, por la importancia del tema y los
personajes implicados.
Veremos en
qué termina este borlote al que poca importancia le dio el Prejimiente ANDRÉS
MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien inclusive lo desdeño al decir que: “este grupo y
los acontecimientos en Chiapas no representan ningún riesgo para la estabilidad
nacional”. Porque, “PONCIO PILATOS se lava las manos”…
Se acabó el
mecate… Y ES TODO…
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